Numerosas personas hacen de la religión su forma de vida; les da seguridad y consuelo. De atenernos exclusivamente a estos factores, se podría convernir que la religión tiene un carácter netamente positivo para los humanos. Por desgracia, un exceso de devoción mal entendida ha conllevado guerras de religiones, a lo largo de la historia, que han causado grandes padecimientos a muchísima gente. Seguro que, por dilatada que sea nuestra vida, nunca se borrará de nuestra memoria el sufrimiento causado a neoyorquinos, madrileños y londinenses por mor del integrismo religioso. Ahora bien, si la religión supone satisfacciones a unos, pero también grandes sufrimientos a otros, ¿Por qué existe, entonces?. Explicar tal paradoja es el objeto de este artículo.
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