La puesta en marcha de un sistema de comunicaciones vía satélite requiere de una infraestructura mínima: el segmento terreno y el segmento aéreo. La aceptación final del satélite se lleva a cabo después del lanzamiento y una vez esté colocado en la órbita geoestacionaria. Esta fase de aceptación demostrará si el ingenio espacial sigue manteniendo las prestaciones especificadas después de la fase del lanzamiento. Las pruebas del satélite en órbita se denomina IOT que son las siglas del término inglés In-Orbit Testing
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