Hasta hace muy poco tiempo la inteligencia se consideraba algo innato e inamovible. Gardner define la inteligencia como una capacidad. La capacidad o la incapacidad no es por lo tanto un concepto negativo en sí. Gardner desarrolla una buena clasificación para distribuir a la población, sin que tenga que ser etiquetada de inferior o superior, pero no satisface la imperiosa necesidad del ser humano de poder salir de su capacidad específica y trasladar esta habilidad a otras áreas para llegar a dominar otros territorios para los que no tiene tanta predisposición en los primeros momentos del aprendizaje. Con el modelo de Vinculación Emocional Consciente damos salida a esta circunstancia.
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