En 2009 el consumo de televisión en el mundo no sólo no se ha visto afectado por la crisis, sino que ha roto récords con valores de 3 horas y 12 minutos diarias de media en todo el mundo.
La audiencia nunca han sido tan alta y las nuevas tecnologías ofrecen a los espectadores más posibilidades: pueden ver más televisión y verla de otra manera.
Este desarrollo en el ámbito de la difusión de contenidos audiovisuales, así como en la integración de tecnologías emergentes y la prestación de los nuevos servicios avanzados favorece al espectador de televisión y significa un salto cualitativo que se suma a las increíbles cifras de audiencia que generan las retransmisiones deportivas.
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