Los recursos no convencionales de petróleo y gas son abundantes y su producción resulta económicamente viable. Además, la distribución geográfica de estos recursos diversifica las fuentes de suministro tradicionales, muy concentradas en Oriente Medio y Rusia. El estancamiento e inminente caída de la producción de crudo convencional hará que en el futuro los petróleos no convencionales ganen protagonismo. Durante la próxima década, el aumento de su extracción, particularmente en los Estados Unidos y Canadá, ayudará a debilitar temporalmente la hegemonía de la OPEP que, sin embargo, recobrará el control del mercado a mediados de la década de los veinte. Por su parte, la producción de gas no convencional se extenderá en el futuro desde Norteamérica a otras partes del mundo, consolidando a largo plazo su aportación al suministro global de gas. El cambio en la geografía de la demanda, cuyo centro se desplaza hacia Asia, junto a los cambios que la producción de hidrocarburos no convencionales introduce en el actual balance entre países exportadores e importadores, comportará una reorganización del flujo comercial del petróleo y del gas natural con implicaciones sobre la seguridad de las rutas de suministro global. Estados Unidos, que gracias a los no convencionales logra la autosuficiencia en el caso del gas natural y un bajo grado de dependencia de las importaciones de crudo, es el gran beneficiario a medio plazo de la revolución de los no convencionales. La Unión Europea, por el contrario, verá incrementar su dependencia de las importaciones de petróleo y gas.
Non-conventional oil and gas resources are abundant and their production is economically viable. In addition, the geographical distribution of these resources helps to diversify the traditional sources of supply currently highly concentrated in the Middle East and Russia. Stagnation and imminent fall in production of crude oil will make non-conventional oil to gain prominence in the future. Over the next decade, its increasing extraction, particularly in the United States and Canada, will help to temporarily weaken the hegemony of the OPEC which nevertheless will regain control of the market shortly after the mid-1920s. Meanwhile, the production of unconventional gas will extend in the future from North America to other parts of the world, consolidating its contribution to the global supply of gas on a long-term basis. The change in the geography of demand, whose centre is moving towards Asia, along with the changes introduced by the non-conventional hydrocarbons production in the current balance between exporting and importing countries, will incur a reorganization of the trade flows of oil and natural gas, with implications upon the security of the global supply routes. The United States, which thanks to non-conventional, achieves the auto-sufficiency in the case of natural gas as well as a low degree of dependence on crude oil imports, is the big beneficiary in the medium term of the so-called non-conventional revolution. The European Union, by contrast, will see an increase on its imports and external dependence.
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