Luciano Consuegra Sánchez, Antonio Melgarejo Moreno, José Galcerá Tomás, Nuria Alonso, A. Díaz-Pastor, Germán Escudero García, Leticia Jaulent, Marta de Vicente
Introducción y objetivos El paciente con síndrome coronario agudo con antecedentes de cardiopatía isquémica, arteriopatía periférica y/o accidente cerebrovascular previos muestra un peor pronóstico. Sin embargo, la relación existente entre dichos antecedentes y el pronóstico a largo plazo no ha sido aclarada del todo.
Métodos Estudio prospectivo de 4.247 pacientes con infarto agudo de miocardio y segmento ST elevado. Se obtuvo información clínica detallada que incluye los antecedentes de cardiopatía isquémica, arteriopatía periférica y accidente cerebrovascular. Estudiamos la mortalidad intrahospitalaria y a largo plazo (mediana, 7,2 años) mediante modelos ajustados.
Resultados Se observó que 1.131 (26,6%) pacientes tenían un territorio enfermo y 221 (5,2%), ? 2 territorios. La mortalidad hospitalaria total fue del 12,3% y la densidad de incidencia de mortalidad a largo plazo fue de 3,5/100 pacientes-año. Los antecedentes de cardiopatía isquémica (odds ratio = 0,83; p = 0,35), arteriopatía periférica (odds ratio = 1,30; p = 0,34) y accidente cerebrovascular (odds ratio = 1,15; p = 0,59) no fueron predictores independientes de mortalidad hospitalaria. En un modelo ajustado, los dos últimos fueron predictores de mortalidad a largo plazo (hazard ratio = 1,57; p < 0,001; y hazard ratio = 1,34; p = 0,001, respectivamente). La afección de ? 2 territorios vasculares fue predictora de mortalidad a largo plazo (hazard ratio = 2,35; p < 0,001), aunque no de mortalidad intrahospitalaria (odds ratio = 1,07; p = 0,844).
Conclusiones En el infarto de miocardio con segmento ST elevado, la carga vascular previa condiciona mayor mortalidad a largo plazo. Individualmente, la arteriopatía periférica y el accidente cerebrovascular previos son predictores de muerte tras el alta.
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