El cáncer de esófago ocupa el sexto puesto en términos de mortalidad y el octavo en términos de incidencia a nivel mundial. Es uno de los tumores malignos con peor pronóstico, por lo que es fundamental avanzar en el conocimiento de sus factores de riesgo de cara a poder instaurar medidas de prevención primaria. Histológicamente, los principales tipos de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma. Aunque estos dos tipos de cáncer comparten algunos factores de riesgo, tienen diferentes patrones epidemiológicos. En las últimas décadas, la incidencia del carcinoma de células escamosas, el más frecuente en todo el mundo, se ha mantenido estable o ha descendido en numerosos países occidentales, al tiempo que el adenocarcinoma de esófago ha presentado una preocupante tendencia ascendente. Los principales factores de riesgo para el carcinoma de células escamosas son el consumo de tabaco y de alcohol. Sobre la etiología del adenocarcinoma de esófago, muy poco frecuente hasta hace unas décadas, hay todavía muchas incógnitas, aunque se cree que podría estar asociado con la obesidad, el reflujo gastroesofágico y el esófago de Barrett, principalmente. El cáncer de esófago es más frecuente en hombres y en edades avanzadas, y el menor nivel socioeconómico es otro indicador de riesgo. Asimismo, una dieta rica en frutas y vegetales y algunos medicamentos podrían reducir el riesgo de desarrollar este tumor. En este trabajo se presenta una revisión de los patrones epidemiológicos y de las causas del cáncer de esófago.
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