Las leyes de Esparta ofrecen a Lévesque un término de comparación con el sistema político francés anterior a la Revolución: aunque el estudioso condene abiertamente la estructura del feudalismo medieval, alude también a aquellos aspectos políticos y sociales que sobreviven a la muerte jurídica del feudalismo, hasta desaparecer totalmente por obra de la Revolución. Además, criticando Esparta, Lévesque se muestra en contra de la política de los Montañeses, que utilizaron el ordenamiento espartano como base ideológica sobre que imaginar la nueva sociedad francesa, llevando el país a una dictadura de pocos «iguales» que representa una vuelta atrás con respecto a los ideales de la Revolución.
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