Claudia Costa Storti, Paul de Grauwe
El mercado del cannabis puede caracterizarse por dos fuerzas opuestas. La primera, basada en el desarrollo tecnológico, conduce al aumento del número de productores (competencia). La segunda, resultante de la información asimétrica de los compradores y los vendedores y de la minimización del riesgo, favorece una estructura monopolista. Esta combinación de fuerzas competitivas y monopolistas nos inducen a utilizar un modelo de competencia monopolista para los mercados del cannabis. En el presente artículo se analiza de qué forma el sistema del pago en especie y la probabilidad de que tengan lugar incautaciones afectan a este mercado, y se comprueba que ambos factores provocan un aumento del número de vendedores y una reducción del tamaño de las organizaciones de traficantes de drogas.
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