El presente artículo aborda la importancia de comprender el rol de la conciencia de uno y la del Otro como elemento fundamental dentro de la dinámica del proceso de enseñanza – aprendizaje, centrándose específicamente en los casos de alumnos adultos que trabajan. A partir de este marco, se propone un modelo que consta de cinco fases: reconocer, identificar, validar, responder y partir. Estas etapas se encontrarían presentes en toda relación docente – alumno situada en el contexto del curso que ambos construyen, sugiriéndose que el éxito o fracaso de la misma podría impactar directamente en los resultados del proceso de aprendizaje.
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