Los grandes medios de comunicación públicos y privados privilegian los discursos hegemónicos institucionalizados, que tienden a naturalizar y a desproblematizar el desarrollo. Por su parte, se considera que la voz del ciudadano, en tanto miembro de un entorno organizado, es la fuente de información primera a través de la cual se detectan las problemáticas ambientales. Dicha voz, cuando no es tamizada por los intereses del poder, será relegada de la agenda periodística. El presente texto propone una reflexión sobre la necesidad de incorporar en los medios a los relatos de las experiencias particulares y autoorganizadas que reclaman un progreso urbano armónico con el entorno. A su vez, se abordará el rol del cronista de exteriores, en tanto sujeto que se establece como nexo entre el medio de comunicación y la sociedad, y práctica profesional que cuenta con las herramientas necesarias para socializar las voces, los hechos y los escenarios donde el desarrollo urbano encuentra sus puntos de conflicto.
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