La inauguración de edificios espectaculares destinados a museos durante el año pasado en Barcelona llamó la atención de un público amplio, más allá de los expertos en la materia. Estrellas internacionales como la arquitecta italiana Gae Aulenti y su homólogo estadounidense Richard Meier diseñaron escenarios controvertidos y ambiciosos para la colección de Arte Románico en Montjuic y un contenedor estilizado de un blanco deslumbrante para el Museo de Arte Contemporáneo en el corazón del casco histórico, de momento con un contenido escaso debido a la falta de un concepto contundente para la colección permanente.
Si se quiere hacer justicia a los planes recientes para los Museos de Barcelona, es necesario entrar de manera detallada en las condicionantes y estrategias de la reconstrucción de gran alcance, que empezando en los años siguientes a la transición y bajo el mandato de un gobierno municipal democrático, cambiaron por completo la cara de la ciudad.
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