El ser humano posee una serie de rasgos fundamentales denominados bajas pasiones, cuyo fin es salvaguardar su integridad en momentos de peligro de subsistencia. Lastimosamente, la publicidad las ha venido utilizando incorrectamente por cuanto las ha venido invocando con fines meramente comerciales. Ante esta situación conviene reflexionar respecto de la publicidad y los modos correctos de practicarla, con el interés de salvaguardar la integridad del ser humano. Así las cosas, el contenido de este artículo gira en torno al concepto de la publicidad, ofreciendo una serie de criterios para su valoración desde la perspectiva de una buena antropología filosófica.
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