Jorge Matías-Guiu Guía, Manuel Enrique Fuentes Ferrer, Juan González del Castillo, Francisco Javier Martín Sánchez, Cesáreo Fernández Alonso, Carlos Castillo
Objetivo. Estudiar las diferencias en el manejo y los resultados a corto plazo de los pacientes adultos atendidos en un servicio de urgencias por una crisis epiléptica en función de ser anciano. Pacientes y métodos. Estudio observacional de cohorte retrospectivo que seleccionó a todos los pacientes de 15 años o más atendidos por una crisis epiléptica en un servicio de urgencias de un hospital terciario y universitario desde el 1 de septiembre al 31 de diciembre de 2011. Se recogieron las variables de la atención aguda y de seguimiento a los 30 días del episodio índice de urgencias. Resultados. Se incluyeron 114 pacientes con una mediana de edad de 46,4 años (rango intercuartílico: 32,6-74,3 años), de los cuales 34 (29,8%) tenían 65 años o más. El grupo de los mayores presentó más frecuentemente un primer episodio epiléptico (p = 0,001), desencadenante desconocido (p = 0,02), etiología estructural (p < 0,001), realización de tomografía computarizada en urgencias (p < 0,001), inicio de fármaco antiepiléptico preventivo en urgencias (p = 0,001) y estancia prolongada (p = 0,002) que los adultos más jóvenes. Tras un análisis multivariable, el ser anciano fue un factor independiente asociado a un mayor requerimiento de pruebas complementarias específicas (odds ratio = 3,7; intervalo de confianza al 95% = 1,3-10,3) e intervención farmacológica en urgencias (odds ratio = 3,3; intervalo de confianza al 95% = 1,4-8,1). No hubo diferencias estadísticamente significativas en los resultados a 30 días entre ambos grupos en términos de revisita (p = 0,316) y mortalidad (p = 0,087). Conclusiones. La atención de las crisis epilépticas del anciano en urgencias, en comparación con adultos más jóvenes, es más compleja, siendo necesario un mayor consumo de recursos hospitalarios.
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