De 1966 a 1979, Bokassa gobernó de forma brutal y ridícula la República Centroafricana. Los medios occidentales le convirtieron en el paradigma del déspota africano, pero tras él siempre estuvo la larga sombra de Francia, que protegió, exprimió y derrocó al último emperador, recuerda Gustau Nerín en el treinta aniversario de su caída.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados