A esta entrenadora personal de empresarios y ejecutivos, que habla de su actividad con un toque misionero, y de cuya conversación puede deducirse que, donde esté un buen coach, pueden irse al paro los psicólogos, lo que más le gusta es bailar "street dance", "que no es streaptease, sino danza urbana", puntualiza. Saca así su lado "canalla, desenfadado, fresco y flexible". Juega al pádel, monta en bici y afirma que tiene un don con la cocina.
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