El Mercado Común, desde ahora MC, queda formalmente establecido en 1959 con la firma del Tratado de Roma por los seis países inicialmente signatarios, a los que se unieron a lo largo de los años otros seis, totalizando los doce que componen la denominada actualmente Comunidad Europea. El Mercado Común tenía, y tiene, unos objetivos económicos particularmente claros y definidos, la eliminación de toda clase de barreras, empezando por las arancelarias, al comercio intracomunitario de mercancías, objetivo que luego se amplio a la liberalización de los movimientos de recursos y a la libertad de establecimiento, con el fin de alcanzar al final un mercado único intracomunitario de amplísima cobertura. Sin embargo, para nadie ha sido un secreto, y todos los países signatarios han sido siempre conscientes de ello, que el Mercado Común había nacido y ha ido desplegándose en función de unas metas políticas igualmente claras y definidas.
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