Se confiesa mañoso-"te arreglo una bombilla, te pongo un cable"-, pero conciliar en casa... los fines de semana, en que se ocupa por completo de los niños. "Mis horarios me lo hacen difícil". Se siente juvenil (43), sonríe mucho, porque piensa que es el mejor regalo que uno puede hacer, y, aunque niega ser por ello "pata negra", fue invitado a los esponsales de Ana Aznar. Hace natación por su espalda, pero le aburre soberanamente. El senderismo y el cine le relajan.
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