Manuel Hedilla trabajó junto a Franco para unificar la Falange con la Comunión Tradicionalista, los dos partidos más importantes del bando nacional. Y fue encarcelado por negarse a ocupar un puesto en el nuevo partido. Reivindicado en los años 60 como el defensor de la esencia falangista, reclamó durante años una reclamación del caudillo que nunca llegó.
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