La moderna industria implica la cooperación de diversas clases de obreros que maniobran y vigilan constantemente, en un espacio determinado, un sistema de maquinas accionadas por una fuerza motriz central. Lograr la sincronización entre el trabajador, la maquina y los objetivos económicos de la factoría exige desarrollar en el primero la internalización de ciertas pautas y valores de comportamiento cotidiano en el lugar de trabajo y en su vida personal. Estas normas son la disciplina, el cumplimiento del horario, la valoración social del tiempo, el sentido de realización y de satisfacción en el trabajo y la identificación entre las metas personales del operario con las de la empresa.
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