En 1950 habían transcurrido únicamente cinco años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El mundo había cambiado y se dividía en dos bloques antagonistas liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética, respectivamente. Ese año se publicaba la exitosa biografía de unos de los militares más emblemáticos de la contienda, el mariscal de campo Erwin Rommel, escrita por el oficial británico Desmond Young. Y un año más tarde, inspirándose en esta obra, sería rodado el filme del que nos ocupamos, Rommel, el zorro del desierto (1951), de Henry Hathaway.
¿Cómo era posible que el cine americano se ocupara de retratar y glorificar a un militar alemán antes que a uno propio? La intención era clara. El pasado servía, en este caso, para revitalizar la imagen de la sociedad alemana y reincorporarla a las potencias Occidentales frente al peligro soviético. No debemos olvidar que las películas son agentes de la historia. Este artículo pretende, por ello, analizar sus claves.
It was 1950 and it had only been five years since the end of Second World War. The world had changed and was divided between two antagonistic blocks, led respectively by the United States and the Soviet Union. That year was published the successful biography of one of the most emblematic soldiers in the battle: field Marshal Erwin Rommel; written by the British officer Desmond Young. And, a year later, inspired by this work, the film The Desert Fox: The Story of Rommel (1951), which now occupies us, would be shot by Henry Hathaway.
How was it possible for the American film industry to portray and glorify a German officer rather than one of their own? The intention was obvious. The past served, in this case, to revitalize the image of the German society and reinstate it to the Western power against the soviet danger. We shouldn´t forget that movies are history agents. Therefore, this article expects to analyze its keys.
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