En la actualidad el sector de la automoción genera grandes volúmenes de residuos sólidos, en particular al final de la vida útil del vehículo. La fabricación de sustratos textiles � tejidos y no tejidos � para su uso en el interior de los vehículos desarrollando para ello fibras sintéticas basadas en recursos renovables y biodegradables apunta como una vía interesante para reducir el impacto medioambiental.
El proyecto europeo BIOFIBROCAR aborda el desarrollo de fibras obtenidas a partir de derivados de ácido poliláctico como sustituto de las fibras de poliéster utilizadas en la actualidad, y que a su vez cumplan los mismos requisitos que éstas últimas, incluyendo la resistencia térmica. Esta vía se perfila como una solución de gran utilidad para la industria textil de interiores de vehículos tanto desde el punto de vista de la normativa de reciclaje y de las propiedades que deben cumplir este tipo de productos.
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