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Resumen de Geopolítica y suministro de energía en Europa

Marcelino Oreja Arburúa

  • Ante conflictos inacabados como el de Oriente Próximo y nuevos como el de Rusia y Ucrania, con un impacto directo en el mercado energético global, Europa debe responder con la diversificación de fuentes y proveedores. El papel del gas y de España serán fundamentales.

    El pasado agosto, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, advertía tras la reunión del consejo de gobierno del organismo, que las tensiones geopolíticas que se están produciendo en distintos puntos del planeta podrían incidir en la recuperación de la economía de la zona euro. La advertencia de Draghi puede entenderse con varios ejemplos de la historia y que, en un mundo globalizado, se producen cada vez con más frecuencia. El mundo es hoy un tablero con muchas fichas en el que cada movimiento puede cambiar decisivamente el desarrollo del juego. Todo está interrelacionado: aspectos de la vida política pueden influir en la economía y viceversa.

    Un sector que puede ser un buen ejemplo de esta interdependencia es el energético. Todos hemos podido ver cómo, en ocasiones, conflictos políticos afectaban de manera colateral al precio del gas y el petróleo e, incluso, al suministro energético de varios países. Es inevitable mencionar el caso de Oriente Próximo, una zona muy rica en recursos energéticos pero tradicionalmente inestable a nivel político.

    El clima de guerra civil que se vive en algunas regiones de este área, de la que dependen muchos países energéticamente, afecta desde hace años al sector y, como consecuencia, a la economía de estos países. Israel, por ejemplo, es uno de los Estados que más yacimientos de gas natural ha descubierto en los últimos años, y está estudiando la exportación de ese gas a través de distintas vías. Sin embargo, las inversiones no terminan de llegar. Según los analistas de la U.S Energy Information Administration, la explicación es que estos proyectos se encuentran supeditados a cómo evolucione la zona, en referencia a la inseguridad regional que hay desde hace años, especialmente desde 2011, cuando arrancó la llamada Primavera Árabe (el conflicto de Siria, las revueltas en Egipto y otras disputas territoriales).

    El conflicto ruso-ucraniano Otro caso, ahora de plena actualidad, es el conflicto entre Rusia y Ucrania, que comenzó hace un año y que todavía mantiene en vilo a Europa por su alta dependencia del gas ruso. Las protestas ciudadanas, la posterior ocupación de Crimea y la actitud hostil de Rusia hacia la Unión Europea han puesto sobre la mesa la posibilidad de que Moscú detenga el flujo de gas natural hacia Europa, una decisión que afectaría a gran parte del continente, pero sobre todo, a los seis Estados miembros que dependen al 100 por cien del gas ruso: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Bulgaria.

    Hasta el momento, la respuesta por parte de la UE ha sido imponer sanciones económicas a Moscú como medida de presión para lograr un cambio de actitud del presidente ruso, Vladimir Putin. Dado el peso que tiene el sector de la energía en la economía de cualquier país, la mayoría de esas sanciones han ido dirigidas a empresas energéticas�


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