Para los problemas que se repiten a menudo, la técnica de la �práctica deliberada� (que implica acción, retroalimentación, modificación y, de nuevo, acción) supone un recurso idóneo para mejorar el rendimiento. La técnica funciona cuando la decisión forma parte de una secuencia en la que la retroalimentación de una parte puede mejorar la siguiente. Sin embargo, no todas las decisiones funcionan de esta manera. Y ser conscientes de ello resulta crucial. El artículo aborda el funcionamiento de la �práctica deliberada� a partir de diversos ejemplos, reflexiona acerca de sus límites y deja constancia de cuáles son los momentos más adecuados para utilizarla
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