Se presenta el caso de un paciente que, tras una fractura longitudinal de la raíz del diente 22 y la consiguiente pérdida de la corona con el poste, mostraba un defecto óseo vestibular pronunciado. El tratamiento incluía la extracción atraumática del diente y la colocación del implante retardada con regeneración ósea guiada (ROG). Al cabo de seis meses, se expuso la zona y se colocó un injerto de tejido conectivo. Se utilizó un pilar de óxido de circonio, customizado, para la configuración del perfil de emergencia y, al final, se colocó la corona totalmente cerámica. Por motivos estéticos (simetría de las anchuras dentales), también se efectuaron ensanchamientos y modificaciones de forma de los dientes.
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