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Resumen de El Perfil del Estudiante: Nuevo desafío para la educación puertorriqueña

Sara Santiago Estrada

  • Los libros son contenidos y también son procesos. Durante dos años, un grupo interdisciplinario respondimos a la convocatoria de IPEDCo para investigar, reflexionar, diferir, evaluar y sobre todo a crear un algo que aportara a la buena educación de Puerto Rico. Este trabajo se enorgullece de integrar las aportaciones de equipos de trabajo y pensadores serios de diversas latitudes del globo. Destacamos el referente teórico- ético-criollo del trabajo de Ángel Villarini y Wanda Rodríguez Arocho, como muestra de que un trabajo creativo no tiene una génesis absoluta. Siempre, siempre le precede algo que lo inspira. Reconocerlo es justicia.Puntualizamos que este trabajo es producto de la inconformidad y de la esperanza. Dice la Dra. Irma Serrano, “para hacer la diferencia, es necesario combatir la indiferencia.” Y Freire advertía que esperanza no es esperar a que ocurra algo, es actuar para que ocurra ese algo. En este equipo, el por qué y para qué descubrió la inconformidad y creó la esperanza. Uno de esos porqués es la aspiración Freiriana, “Si nosotros conseguimos convencer a la jóvenes de que la realidad, por difícil que sea, puede ser transformada, estaremos cumpliendo una de las tareas históricas del momento.”El libro consta de cinco partes que representan el enlace dialógico entre la teoría y la práctica. Veamos el primer capítulo: El Marco Conceptual ¿Por qué un marco conceptual? Como apunta Vigotsky, las teorías a las que recurrimos para explicar la educación son tan importantes como las metodologías utilizadas para abordar las preguntas de investigación. El marco teórico partió de la pregunta de una niña a su maestra, Misi, ¿Pa’qué se inventó la escuela? Esta pregunta tan profunda generó la creación de esta síntesis teórica de conocimientos tan variado, complejo y controversial.En la parte B se incluye una descripción del contexto de Puerto Rico. Como creación humana, la escuela está históricamente situada, es culturalmente mediada y socialmente ejecutada (Rodríguez Arocho, 2007). Es un dispositivo social artificialmente construido desde las culturas, historicidades y de contenido social (Moll, 1996; Baquero, sf). Por eso, no nos es posible entender la educación hoy, sin conocer su devenir histórico en los contextos geopolíticos-culturales y sociales en que ocurre. Lo otro sería generalizar leyes y construir o importar propuestas descontextualizadas y genéricas.Culmina el Capítulo 1 con la presentación de la propuesta de IPEDCO sobre la educación basada en competencias esenciales. Se describen las tres dimensiones medulares de las competencias esenciales: Conocimientos (saberes conceptuales y declarativos), Sabe hacer (destrezas y procesos) y Saber ser y convivir (nos-otros). Estas tres dimensiones son de naturaleza englobante, transversal, contextual y transferencial. Son englobantes porque es necesario que se movilicen los tres saberes para que se logre su desarrollo; transversales porque cruzan disciplinas; contextuales porque no ocurren en un vacio histórico-social; y transferibles porque se pueden llevar de un contexto a otro. En resumen, adoptamos la definición de Competencias Esenciales como la capacidad de los seres humanos, autorregulada desde la conciencia, para crear, proponer, generar y responder de forma idónea y ética a las demandas que emergen de los contextos personales, sociales, naturales y simbólicos en los que conviven viven (Tobón 2006; DeSeCo, sf; Aguerrondo, 1999; Villarini, 1997).El Capítulo II hace transparente la metodología de investigación. Destaca como elemento clave la participación ciudadana, la formación de equipos multisectoriales e interdisciplinarios y la consulta colegiada.El Capítulo III presenta el Perfil del Estudiante. Esta es la parte del libro más significativa porque es nuestra propuesta de ser humano que aspiramos para TODOS los habitantes de esta tierra. Este documento es una guía para la planificación de la experiencia educativa de nuestros estudiantes en y fuera de la escuela. Es la punta de lanza para diseñar procesos, currículos, estrategias, innovaciones y también para mirar el sistema completo en su complejidad.En el Perfil se identifican cinco competencias esenciales que son: El estudiante como aprendiz, comunicador, emprendedor, ser ético y miembro activo de sus comunidades. Cada competencia es definida en detalle. Desde ahí, cada sector puede identificar cómo aportar al desarrollo de las competencias esenciales desde sus espacios de interacción con los niños y jóvenes estudiantes y no estudiantes.Pasamos al Capítulo IV. Una de las investigaciones más importantes de este proceso fue el análisis de correspondencia entre las competencias esenciales y los estándares curriculares actuales. Los resultados apuntan a que las competencias esenciales no se manifiestan explícitamente en los estándares en la medida que quisiéramos.Para llevar el trabajo a una dimensión más cerca de la labor docente, el Capítulo V presenta varias estrategias de enseñanza que por su metodología permiten un acercamiento más intencionado al desarrollo de las competencias esenciales. Las cinco estrategias que se presentan son Aprendizaje Basado en Problemas, Aprendizaje Basado en Proyectos, Aprendizaje Basado en Servicio, Aprendizaje por Descubrimiento y Juegos (Gamification).En resumen, este libro es una convocatoria a sintetizar teorías, metodologías y apreciaciones valorativas sobre los procesos de cambios creativos en la educación y a identificar desafíos que confrontan nuestro país sobre la formación de la ciudadanía. Partiendo de las premisas de que la educación no tiene otra alternativa que estudiarse y accionarse desde la complejidad, este libro pretende continuar la problematización colegiada. La problematización, como apuntaba Freire, es una actividad para transformar nuestra conciencia y mirarnos en nuestros procesos intra e intersubjetivos, reconociendo emociones y sentimientos, para entender las situaciones que nos inquietan y buscar soluciones alternas al estado actual (Rodríguez Arocho, 2012). Inclusive preguntarnos, ¿Qué vamos a hacer con los jóvenes que logran desarrollar estas competencias ciudadanas y comiencen a cuestionar, a cuestionarse y a cuestionarnos? ¿Los silenciamos o les permitimos la acción social? A ese nivel es el reto que representa este Perfil.En la búsqueda de respuesta a los desafíos que enfrenta la educación hoy, tenemos que vigilarnos a nosotros mismos, como apuntaba Luther King, de no buscar lo que se nos perdió debajo de un foco, cuando lo perdimos donde estaba oscuro. Yo estoy segura, que vamos a saber buscar donde hay que buscar. Sólo confío que este libro sirva para alumbrar la búsqueda.


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