El parto puede ser altamente traumático para algunas mujeres. Se estima que entre el 2 y el 6 % de las mujeres desarrollan un trastorno de estrés postraumático (TEPT) completo tras el parto y que el 35 % de las madres presenta algún grado de TEPT. A menudo, el trauma de las mujeres es el resultado de las acciones (u omisiones) de los profesionales sanitarios. El concepto de violencia obstétrica incluye �un trato jerárquico deshumanizador, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres�. Las razones que llevan a los profesionales que atienden partos a ejercer la violencia obstétrica pueden ser variadas; entre otras se han señalado: la falta de formación y de habilidades técnicas para afrontar los aspectos emocionales y sexuales del parto; el propio trauma no resuelto o el síndrome de burnout
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