De la reivindicación política a la industrial: la cultura en la Transición a través de tres documentales musicales

• Autores: Laura Gómez Vaquero
• Localización: Kamchatka: revista de análisis cultural, ISSN 2340-1869, Nº. 4, 2014 (Ejemplar dedicado a: Contar la transición. Narrativas e imaginarios del cambio político en España), págs. 147-164
• Idioma: español
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    La Movida ha quedado en el imaginario colectivo como la manifestación más evidente de la consecución de la libertad de expresión, por la que se apostó durante los años de transición de la dictadura a la democracia, así como también de la definitiva incorporación del país a la actualidad cultural de los países industrializados capitalistas. Sin embargo, antes de la explosión de este fenómeno cultural, otros habían sido calibrados en términos similares. El acercamiento a los documentales musicales La nova cançó (1976), Canet Rock (1976) y Nos va la marcha (1979), películas interesadas en dar cuenta de la emergencia o la consolidación en España de la nova cançó, el rock progresivo y el rock urbano, respectivamente, nos permitirá comprobar cómo ya, durante la segunda mitad de los años setenta, existían unas comunidades culturales articuladas en torno a estos fenómenos musicales que se posicionaban de manera crítica respecto al statu quo; y cómo, con la progresiva incorporación del país a las cada vez más estrictas dinámicas de la sociedad de consumo, el elemento aglutinador pronto dejaría ya de ser político y pasaría a ser cultural.

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    The Madrilenian scene has remained in the collective memory as the clear evidence of the attainment of freedom of expression after the years of transition from dictatorship to democracy in Spain. However, before the eruption of this cultural phenomenon, some others had been appreciated in similar terms. The purpose of this article is to study three music documentaries: La nova cançó (1976), Canet Rock (1976) y Nos va la marcha (1979). This will allow us to see how, during the second half of the seventies, these musical phenomena that had erupted from the margins were considered to be places where to practice democracy in a real way; it will also remain clear how, with the gradual incorporation of the country to increasingly stringent dynamics of the consumer society, the unifying force within these communities would mutate from politics into culture