Ser conscientes de que el cliente es el que compra y de que la empresa no es la que vende aporta importantes beneficios. Por eso, conviene desarrollar una estrategia empresarial con �visión cliente�, que esté totalmente integrada en la cultura de la empresa y que nos ayude a ver el negocio desde la perspectiva del consumidor, para así identificar prioridades, desarrollar una oferta única de máximo valor y entregarla de la mejor manera al cliente, consiguiendo unos vínculos sólidos que garanticen una ventaja competitiva presente y futura. Una ventaja que consiste en dar exactamente lo que una persona desea y de forma claramente única, como muy pocas otras empresas puedan ofrecer
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