La carrera del controvertido diplomático extremeño Pedro Gómez Labrador (1764-1850) está inextricablemente unida en sus inicios al favor de su amigo y protector, Mariano Luis de Urquijo, y el proyecto reformista que este puso en marcha desde la Secretaría de Estado. Basándonos en la figura de Labrador, reflexionaremos acerca de la amistad ilustrada y las relaciones de poder en la España de finales del siglo XVIII.
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