El proceso globalizador de varias décadas imprime una nueva Cultura tanto económica como societaria. Sin duda, la globalización ha afectado dominantemente al ámbito económico-empresarial, pero su consolidación incide de forma natural en la propia forma de entender y configurar la Sociedad.
El conocimiento económico tiene serías dificultades para asumir esta realidad no ya solo en el ámbito del pensamiento, sino en la praxis económica e Institucional. La economía tiene que integrar la dimensión Societaria de la misma si quiere acercarse a la realidad. Lo cual implica una orientación a la persona y a sus Instituciones, lo que abre el camino a entender la economía en el contexto ético-económico. Exige la búsqueda de un nuevo paradigma económico en el que pueda darse respuesta desde la Sociedad, desde las personas, a la configuración de un Orden Económico-Societario que haga posible dar respuestas teóricas y de política económica a la realidad de este mundo globalizado. Este Orden Económico-Societario va a determinar tanto el Orden de Sociedad como el Orden Empresarial e Institucional orientado a los fines de la realidad económica y ética: el desarrollo integral de las personas haciendo un uso eficiente de los recursos escasos que dan respuestas a las necesidades de las personas y de las Instituciones. El desarrollo de las "competencias" de las personas y de las Instituciones son la clave del criterio básico de la asignación de recursos: la competitividad que va más allá de los "sistemas de precios".
Globalisation, which has now been in progress for some decades, has, and indeed still is, imposing a new economic and social Culture. Globalisation's main effects are undoubtedly in the business and economic ambit, but its consolidation has, naturally, also affected the very way that we understand and configure Society itself.
Economic knowledge has great difficulty in taking this reality on board, not only in theory, but also in economic and institutional praxis. If it wants to approach this reality, the economy has to integrate globalisation's societal aspect. This in turn implies an orientation towards the individual and Institutions, an rietnation that will open the way towards an understanding of the ethical and economic context. It requires a new economic paradigm which will enable nse Society, individuals and economic policy to respond to the reality of a globalised world. This Socio-economic Order, oriented towards the aims of the economical and ethical reality, is going to determine the Social Order as well as the Business and Institutional Order; it will determine the integrated development of individuals making an efficient use of scarce resources, responding to the needs of both individuals and Institutions. Developing individuals " and Institutions" "competences" are a cornerstone in the basic criteria of assigning resources: a competitiveness that goes beyond price systems.
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