Tras dos décadas ejerciendo como unos de los actores principales de la vida pública española, Antonio María Rouco Varela se despide del Arzobispado de Madrid, el último reducto de poder que le quedaba tras dejar la presidencia de la Conferencia Episcopal el pasado mes de marzo. este sábado, Carlos Osoro le toma el testigo en la diócesis más importante del país para acabar de ventilar la Iglesia con los renovados aires llegados de Roma. Con fama de haber tendido puentes con todas las formaciones políticas siendo arzobispo de Valencia, ahora tiene el reto de recuperar el principio de neutralidad de Tarancón.
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