La obra de Medardo Rosso (1858-1928) se configura, junto con la de Degas y Rodin, como iniciadora de la escultura moderna en la medida en que en ella se sustituyen una serie de motivos heredados de la estética tradicional, por conceptos hasta entonces apenas desarrollados. De este modo, según veremos, rasgos tendentes a la abstracción y a la desmaterialización se impondrán de manera progresiva otorgando un tinte impresionista, fugaz, a las realizaciones del artista italiano. Por otra parte, observaremos ciertos modelos escultóricos precedentes sobre los que afianzar la obra de Rosso, con el propósito de acercarnos con la perspectiva adecuada hacia una serie de innovaciones llamadas a pervivir en el desarrollo de la plástica contemporánea.
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