El artículo hace un recorrido crítico por la evolución del concepto de sostenibilidad y su aplicación en la práctica. Las condiciones internacionales de desarrollo no favorecen un crecimiento sostenible, sin embargo, cuando es el ser humano quien constituye el centro dela acción pública es posible un nuevo estilo de desarrollo sostenible desde el punto de vista ambiental, social, cultural y político. En este sentido, el autor señala que es necesaria una nueva ética de desarrollo, en la que los objetivos económicos de crecimiento se subordinan a las leyes que rigen el funcionamiento de los sistemas naturales y a los criterios de respeto a la dignidad humana y de mejora de la calidad de vida de las personas.
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