Alguien a dicho que el trabajo es la prolongación de la mano, o mejor aun, del cuerpo. El objeto producido por el hombre, ya sea idea, cosa, servicio, objeto de arte, es su prolongación, pero una vez terminado, adquiere una identidad propia por fuera de su productor. Asi se trate de un simple ladrillo o de una estatua, la cosa hecha transciende a su hacedor.
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