Resumen de El modelo de Jean Watson: una propuesta desde la complejidad del cuidado
María Amparo Benavent Garcés, Esperanza Ferrer Ferrándiz, Juana Cristina Francisco del Rey
Con este capítulo esperamos haber acercado al lector al conocimiento del modelo de Jean Watson. El reto, como se dice en la introducción, está en desarrollar y profundizar en un modelo de cuidados no muy conocido y para muchas enfermeras considerado complejo.
Además de la complejidad de la estructura, está la especificidad del lenguaje y especialmente su desarrollo con un pensamiento fenomenológico, lo que le aparta aún más de los modelos que nos son más familiares a las enfermeras españolas, como son las estructuras teóricas de Orem o de Henderson, construidas sobre un pensamiento positivista.
Entender a Watson requiere de un cambio de actitud. Esta autora nos ofrece una estructura teórica que orienta una manera de ser enfermera y hacer enfermería desde la que mirar a la persona cuidada con toda la subjetividad que caracteriza todas las experiencias del ser humano, entre éstas la salud, la enfermedad y la curación, y como un proceso de crecimiento de ambas, persona y enfermera, en un proceso de transacción. La particularidad de los cuidados enfermeros, referidos a cada persona como únicos, es lo que exige que éstos tengan una base científica y artística y un estilo estético y ético.
A lo largo del capítulo se exponen las conceptualizaciones de los conceptos paradigmáticos, así como los valores, supuestos y postulados en los que se basa el modelo y en los que encontramos una fuerte fundamentación que da coherencia a las relaciones entre los conceptos, sobre la base de la concepción de los cuidados humanos y enfermeros.
La estructura de los 10 Factores de Cuidados se puede considerar como el elemento más operativo del modelo, ya que éstos representan el estilo de hacer los cuidados enfermeros en la clínica, que puede aplicarse en cualquier realidad.
Comprender la teoría de Watson requiere respetar la filosofía, convicciones y valores de la autora, y su utilización en la práctica clínica exige de la empatía con estos mismos aspectos de la persona cuidada, desde la singularidad individual, esto es precisamente lo que le confiere el carácter de aplicabilidad ilimitada y lo que exige creatividad en el proceso de cuidar.
