Díaz Castro critica en Manuela la sociedad patriarcal y la doble moralidad masculina con relación a las mujeres. En la Nueva Granada, la prostitución era un problema social, pero a las mujeres no se les ofrecían garantías e igualdades frente a los derechos masculinos. La intolerancia y la discriminación las degradaban y en las regulaciones para controlarlas, se expresaba la doble moral patriarcal y la manipulación legal en que se apoyaba; pero no se ofrecía explicación de las causas que llevaban a las mujeres a esa forma de vida ni las soluciones para esa situación.
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