Rogelia Fernández Sánchez, Javier Velasco Laiseca, Concepción Roldán Penelas
El ejercicio profesional de las enfermeras se realiza en continua interacción con los pacientes y las familias, por ello la comunicación es un instrumento fundamental para estos profesionales.
El análisis Transaccional es un instrumento sencillo y eficaz para la comprensión de la dinámica de la comunicación y para su entrenamiento práctico.
Las transacciones de las enfermeras con los pacientes y familia no son sencillas, por lo que requieren por parte de las enfermeras la instrumentación ágil y segura de las mismas, a fin de optimizar la relación.
Las caricias, tanto verbales como no-verbales, son un instrumento de gran poder para las enfermeras en su relación con el paciente.
Si la comunicación que se establece no es adecuada, la atención puede ser limitadora y reductora de la autoestima, autonomía y bienestar del paciente.
Para que la relación sea fluida, eficaz y potenciadora, la enfermera debe poseer una preparación profesional sólida y una madurez personal que le permita relacionarse con el paciente y la familia desde su adulto, es decir, que a partir de datos, recabados mediante la observación, sea capaz de comprender la estructura funcional de la personalidad del paciente, lo que le permitirá establecer el flujo comunicativo más adecuado a cada momento y a cada situación, utilizando siempre sus estados del Yo positivos.
Las enfermeras deben estar especialmente atentas para no caer en roles estereotipados, o juegos, fundamentalmente de salvadoras, para evitar el excesivo desgaste personal y profesional así como la dependencia, siempre inhabilitadora, de los pacientes.
Todas estas premisas deberán adecuarse a las variables específicas de las distintas situaciones en las que las enfermeras intervienen.
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