Francisco Megías Lizancos, María Dolores Serrano Parra
La agresión aparece en la vida moderna y en nuestro entorno social en las personas sometidas durante un tiempo determinado a situaciones de estrés. Podemos decir que es grave y que supera la capacidad de adaptación de los individuos.
Se puede definir de manera sencilla como un trastorno emocional del pensamiento o de la conducta, que requiere intervención inmediata o como un cuadro de demanda urgente por una enfermedad psiquiátrica aguda.
La agresión incluye la lucha, los desafíos, las amenazas, las actitudes de imposición, de apaciguamiento y de sumisión.
Las conductas agresivas que despliegan las personas son determinadas por múltiples factores y entre ellos la frustración está muy presente; para algunos autores tanto, que llegan a plantear que toda conducta agresiva tiene como antecedente una frustración.
Los episodios agresivos son situaciones críticas caracterizadas por fenómenos complejos y a la hora de estudiar los factores de riesgo asociados a episodios de agresividad los podemos dividir entre los que tienen que ver con aspectos demográficos, con factores clínicos y con factores interpersonales.
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