La función del ingeniero en el territorio resulta problemática. Siguen vigentes todavía hoy planteamientos basados en una rígida separación entre el papel técnico y el papel político. Desde esta perspectiva, la ética profesional basada en planteamientos consecuencialistas o finalistas sigue constituyendo la referencia fundamental. Pero esta postura resulta insatisfactoria para los profesionales que ven en la obra pública un ámbito de trabajo singular marcado por su imbricación en políticas clave para el acceso a recursos y oportunidades, el respeto al medio ambiente o el refuerzo de las relaciones de cooperación y de solidaridad entre las personas y grupos sociales. Estas características son comunes a todas las intervenciones en lo que podría denominarse como planeamiento físico, y ha llevado a la búsqueda de referentes éticos alternativos que se ha producido en dos direcciones principales desde la década de 1990, inspiradas respectivamente por los planteamientos éticos de Foucault y de Habermas. El debate entre los teóricos del planeamiento físico sobre la ética profesional ofrece una interesante experiencia de convergencia y conciliación progresiva entre ambos pensadores. Inicialmente, los teóricos del pensamiento inspirados en Habermas se centraron en el establecimiento de condiciones colaborativas para la definición de los planes físicos a partir del debate y el consenso entre agentes. Los segundos, en la indagación sobre las relaciones de poder y las situaciones de dominación existentes. Se estableció así una dualidad excluyente entre una dimensión social y otra personal en la ética del planeamiento, en la que la primera se centraría en las cuestiones normativas, mientras la segunda exploraría la relación del profesional con cada contexto concreto. Una dualidad que intenta resolverse en el paradigma del planeamiento colaborativo.
The role of planning professionals is problematic. Although largely questioned, the traditional paradigm based on a strict separation between the technical and the political realms remains in place for many practitioners: a finalist approach common to many other professions. But this approach is unsatisfactory those professionals that feel how deeply their practices are interacting with key public policies dealing with the access to resources and opportunities, the respect of the environment and the empowerment of individuals and social groups. The search for alternative ethical paradigms has developed since the 1990s in two main directions, inspired respectively by the ethical approaches of Foucault and Habermas. The ethics debate among physical planning theorists offers an interesting experience of the progressive convergence and reconciliation between these two approaches. The theoretical thinking inspired by Habermas focused on the establishment of collaborative conditions for the definition of physical plans thr ough debate and consensus among agents. The more practical approach inspired by Foucault resulted in a systematic inquiry into the relations of power and the situations of domination. This initial duality has evolved towards the consolidation of the new paradigm of collaborative planning, in which the interest for setting up a transparent dialogical debate is couple with a professional effort to identify the specific contributions that the professional can make in each particular context.
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