Una batería de normas restrictivas de las libertades individuales, el aumento de los controles sobre los movimientos y las comunicaciones de los ciudadanos, la vigilancia sobre Internet, la posibilidad de acabar con la libre circulación de personas en territorio comunitario y legislación diferenciada para distintos terrorismos podría ser la consecuencia de los recientes atentados en Francia. La izquierda continental ya ha alzado la voz contra el riesgo de elaborar leyes ad hoc y el peligro de la pérdida de libertad para los ciudadanos.
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