En Argentina, en agosto de 1964, el general Juan Carlos Onganía, comandante en jefe del Ejército, asumió públicamente la doctrina de seguridad nacional elaborada en los Estados Unidos. El discurso anticomunista y antipopular venía creciendo durante todo el gobierno de Arturo Illia (1963-1966). El presente artículo analiza cómo fue utilizada la idea de las fronteras ideológicas por parte de las Fuerzas Armadas y de los sectores dominantes, principalmente para justificar la proscripción del peronismo -partido político mayoritario- y al mismo tiempo legitimar el golpe de Estado en 1966. Con ese objetivo, el artículo estudia las posiciones de las cúpulas militares, de los políticos conservadores, y de las principales corporaciones económicas. La doctrina de seguridad nacional fue utilizada en ese período como argumento contra el comunismo, pero en el caso argentino también contra el peronismo, y contra la intervención del Estado en la economía.
In Argentina, in August 1964, general Juan Carlos Onganía, Commander in Chief of the Army, assumed publicly the doctrine of national security elaborated in the United States. The anti-communist and antipopular speech was increasing during the whole government of Arturo Illia (1963-1966). The present article analyzes how the Armed Forces and the dominant economic sectors used the idea of "ideological borders" principally to justify the proscription of Peronism and at the same time to legitimize the coup d'état in June 1966. To that end, the article examines the positions of the military leadership, conservative politicians, and major financial corporations. The national security doctrine was used in that period as an argument against communism, against Peronism, and against state intervention in the economy.
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