Hasta hace tan sólo unos meses sólo algunos valientes habían mostrado cierta inquietud por prepararse de cara a la revolución que está suponiendo el uso cada vez más frecuente de la red. Pero, ahora, la situación ha cambiado y la mayoría de bancos está reorientando sus canales de atención al cliente para dar cabida a los numerosos usuarios de Internet. En cuanto a las empresas, ninguna que no se quiera quedar atrás puede dejar de tener un escaparate en la red. No está muy claro que no se logren grandes resultados, pero lo que nadie duda es de que no se puede dejar de estar.
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