Murcia, España
Siguiendo los postulados de Cristophe Déjours, consideramos que la realidad neoliberal de los últimos veinte años ha contribuido al deterioro de la salud física y psíquica de las personas, así como a un proceso de auto-alejamiento de las lógicas internas del propio cuerpo. Por otro lado, el proceso de formación en ciencias de la salud, determina una práctica clínica en la que se descontextualiza a los individuos de su realidad socio-laboral a través de un proceso de fragmentación donde el sufrimiento queda reducido a patofisiología, de modo que al mismo tiempo que se demandan evidencias clínicas, se silencian las causas de la enfermedad cuando éstas se deben a la realidad diaria derivada de la actividad productiva. Tanto el discurso oficial sobre el trabajo, como la religión católica y el silenciamiento de la biomedicina, contribuyen a la producción de cuerpos biodesterritorializados donde la incógnita a despejar sería por qué y de qué modo la biomedicina con su silencio se suma a un proceso de banalización del mal o de tolerancia a la injusticia al atribuir el sufrimiento de los trabajadores al deterioro biológico de las personas. En nuestra opinión la Antropología Médica se encuentra ante el doble reto de dar visibilidad a la realidad de que al separar las patologías del contexto la biomedicina da continuidad al discurso economicista en lo que al trabajo se refiere, y por otro lado, ante la necesidad de profundizar en las bases teóricas que posibiliten la reconfiguración de la práctica médica.
We consider that the neoliberal reality of the last twenty years has contributed to the deterioration of physical and psychical health of people, and also to an auto-withdrawal, in a process, of inner logics that concern the human body. According to Health Sciences the formation process determines a clinical practice where individuals are decontextualised of their social-work reality through a process of fragmentation where suffering reduces to pathophysiology; clinical evidences are required but the causes of illnesses are omitted when these are due to the daily reality deriving of a productive activity. Both the official discourse about work and Biomedicine with such omission, contribute towards a production of biodeterritorialised bodies. As a matter of fact, we should ask why and how biomedicine, takes part in that process of banalization of suffering, and tolerates injustice at a same time that a presumed “natural” biological deterioration is inscribed to the workers´ harmed bodies. In our opinion Medical Anthropology has the challenge to let know the reverse of a two-sided reality: when pathologies are decontextualised in the work sphere with Biomedicine giving continuity to a reductive discourse in terms of economy; when there´s an urge to go in depth on theoretical basis that makes possible the reconfiguration of medical practice.
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