El Parlamento Europeo despejaba el último gran obstáculo para la firma del acuerdo de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos. Los votos de conservadores, liberales y socialdemócratas –con 50 ‘disidentes’ en sus filasaparcaban la oposición a los arbitrajes privados internacionales para mediar en conflictos entre Estados y multinacionales, una exigencia de la parte negociadora estadounidense, que deja en precario la autoridad estatal frente a las empresas.
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