Pese a los desmentidos del Gobierno, a nadie se le escapa que el inesperado adelanto de la rebaja del IRPF, prevista para 2016 pero que se va a aplicar ya este mes de julio, tiene que ver, y mucho, con la cercanía de las generales. Sin embargo, la iniciativa, pensada para alegrar los bolsillos de los ciudadanos, se ha encontrado con más obstáculos de lo esperado. Los ingresos, por ahora, no parecen dar margen para una medida que, aseguran sus críticos, beneficia sobre todo a las rentas altas dejando atrás las más necesitadas. Pero sobre todo, amplios sectores de técnicos de la Agencia Tributaria – un organismo que no pasa por su mejor momento-, han cuestionado una reforma que consideran, más que nada, inoportuna.
Frent.
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