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Resumen de La no proliferación y el desarme humanitario

Vicente Garrido Rebolledo

  • Lo que se preveía como una de las citas claves de 2015, la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación, se ha cerrado con un fracaso. Vuelven los años en que un acuerdo global para la eliminación absoluta de las armas nucleares parece una quimera.

    Del 27 de abril al 22 de mayo de 2015 se celebró en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York la IX Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), bajo la presidencia de la embajadora argelina Taous Feroukhi. La conferencia contó con la participación de 161 Estados parte, además de Israel, en calidad de observador. Teniendo en cuenta la naturaleza de los asuntos tratados, la conferencia ha sido considerada por muchos como la cita anual más importante de la agenda internacional en materia de seguridad, aunque se ha celebrado en un ambiente crítico y convulso, por varios motivos. En primer lugar, debido al entorno estratégico internacional de incertidumbre, marcado entre otros hechos, por las negociaciones nucleares entre Irán y el grupo UE3+3, la crisis de Ucrania y la nueva posición geoestratégica de Rusia,la situación de inestabilidad en Oriente Próximo; y las tensiones creadas en torno al programa nuclear de Corea del Norte.

    Segundo, la conferencia ha estado sometida (incluso, desde meses antes de su celebración) a una mezcla de escepticismo y frustración por parte de muchos Estados, especialmente, los pertenecientes al Movimiento de los No Alineados (NAM, en inglés), que han acusado continuamente a los países nucleares (partes en el TNP), de falta de voluntad a la hora de aplicar los compromisos específicos en materia de desarme adoptados en la última Conferencia de Revisión del Tratado, celebrada en 2010. Algunos exponentes significativos de dichas críticas han sido la no entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, CTBT (19 años después de su adopción); la ausencia de un acuerdo en el seno de la Conferencia de Desarme de Ginebra sobre el inicio de las negociaciones para la conclusión de un tratado para la prohibición de la producción de material fisible para armas nucleares y otros artefactos nucleares explosivos (FMCT); y, sobre todo, la falta de un calendario específico para la total eliminación de las armas nucleares, de acuerdo con lo establecido en el artículo VI del TNP.

    El difícil equilibrio del TNP y los grandes retos El TNP es un tratado multilateral, en vigor desde 1970, que cuenta con 191 Estados parte. Uno de los grandes retos del tratado es conseguir su universalidad, considerada por muchos utópica, teniendo en cuenta los Estados que no lo han suscrito: India, Pakistán e Israel (que nunca ha realizado un ensayo nuclear y sigue una política de "ni afirmar, ni desmentir" acerca de la posesión de armamento nuclear). A ellos hay que añadir el caso de Corea del Norte, que ha realizado hasta la fecha tres ensayos nucleares, el último en febrero de 2013.1 Los cuatro Estados son considerados potencias nucleares de facto o de hecho, pero no de iure, razón por la cual se niegan a suscribir el TNP. India acusa a las "deficiencias" del TNP de hacer que el mundo sea "un lugar más peligroso", y por ello ha solicitado en varias ocasiones su sustitución por una nueva convención de armas nucleares que tenga como objetivo su total eliminación. Por lo que se refiere a Pakistán, mantiene que mientras su vecino India tenga armas nucleares y no firme el TNP, él tampoco lo hará y seguirá adelante con el desarrollo de su propio programa nuclear. Finalmente, Israel considera que mientras existan Estados con programas y capacidades de destrucción masiva en Oriente Próximo no se dan las condiciones adecuadas para su propia firma del tratado


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