Después de casi cuatro décadas caminando unidos, la ‘magia’ ha desaparecido entre Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Unió Democràtica de Catalunya (UDC), una histórica ‘pareja’ política, hasta ahora conocida como CiU.
Los líderes de ambas formaciones ya han iniciado el reparto de los ‘bienes comunes’ que confirma el divorcio definitivo: cambio de consellers en el Ejecutivo de Mas y división de portavoces y escaños en el Congreso y en el Senado.
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