La liberalización del sector ferroviario, uno de últimos ámbitos aún cerrados a la competencia, está a punto de abordar su primera fase decisiva, con la próxima entrada de un operador privado en la línea de Alta Velocidad Madrid-Levante. Para ello, Fomento, que ya ha sacado adelante la futura Ley del Sector Ferroviario, ultima el correspondiente concurso, que quiere tener resuelto antes de fin de año, de cara a las elecciones generales. Sin embargo, los plazos no le cuadran a la ministra Pastor, atrapada en un juego de intereses contrapuestos. Así, mientras que las empresas privadas presionan para conseguir mejores condiciones en un negocio de rentabilidad cuestionable, Adif se resiste a rebajar los cánones.
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