Durante más de 35 años, Estados Unidos e Irán han sido enemigos irreconciliables.
La tensión entre ambas naciones ha sido máxima, y la amenaza de un enfrentamiento directo ha estado muy presente en diversos momentos. El programa nuclear persa llevó esta situación hasta límites peligrosos, aislando aún más al régimen de los ayatolás y radicalizando la posición de Israel –el gran aliado de los norteamericanos en Oriente Próximo–. Pero la amenaza común de la irrupción del Estado Islámico ha empujado a los viejos ‘enemigos’ a entenderse, pese a las tremendas presiones en contra de Tel Aviv y de todo el lobby judío.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados